La historia sigue a Kirie Goshima y su novio Shuichi Saito, quienes comienzan a notar sucesos extraños y desconcertantes vinculados a las espirales, una figura geométrica que parece ejercer una influencia oscura sobre su ciudad.
A medida que la fascinación por las espirales se propaga, los habitantes de Kurōzu-cho empiezan a sufrir terribles deformaciones tanto físicas como mentales, convirtiéndose en versiones grotescas de sí mismos o cayendo en la locura. Las espirales, presentes en la naturaleza y en las estructuras urbanas, se transforman en una maldición inevitable que devora todo a su alrededor.