El misterioso Cuentacuentos de máscara amarilla es un hombre cuyo verdadero nombre y origen se desconocen. Aparece al anochecer donde se reúnen los niños y recita cuentos siniestros basados en leyendas urbanas japonesas, a los que su joven audiencia asiste con inquietud. Sin embargo, el Cuentacuentos no es un narrador cualquiera. Incorpora un kamishibai, un dispositivo tradicional de desplazamiento de papel, para añadir elementos visuales a su ya demencial narración.

Yami Shibai, una serie de relatos cortos de terror, comienza con un soltero que, tras mudarse a un nuevo apartamento, empieza a sentir de inmediato una mirada malévola que se clava en él. Un único talismán descansa en su techo, pero no tiene forma de saber que es una de las pocas salvaguardas que le separan de un pozo sin fondo de sufrimiento. Cada historia es más aterradora, más espantosa y más repugnante que la anterior, a medida que el público del Cuentacuentos se ve absorbido por el despiadado mundo de sus palabras.