En la guerra contra los países vecinos, los guerreros del Gran Duque utilizan como armas unas bestias con forma de dragón llamadas Touda. Los Touda son admirados en toda la nación y las aldeas se enorgullecen de criarlos. Erin vive en una de esas aldeas con su madre, Soyon, que es la mejor criadora de bestias del país. Sin embargo, la vida en la aldea no es tan sencilla: Soyon también es una Ariyo, una mujer del Pueblo de la Niebla, una raza temida por los humanos por sus habilidades místicas. Para que ella y Erin puedan permanecer en la aldea, Soyon debe cumplir impecablemente con su deber de capturar y disciplinar a los Touda; pero aunque Erin no quiere otra cosa que convertirse en una beastinariana, también siente pena por los Touda y reconoce que hay mucho más de lo que parece. ¿Podrá Erin convertirse en una bestiaria normal y corriente cuando sus instintos más profundos le dicen que hay una forma mejor de interactuar con los Touda?