En el deslumbrante corazón de un baile real, el cuento de hadas de Scarlet se hace añicos. Su prometido, el príncipe Kyle, rompe públicamente su compromiso, acusándola de crímenes que no cometió y marcándola como una villana ante toda la corte. Durante años, ha soportado en silencio la hipocresía y la crueldad de la aristocracia, interpretando el papel de una dama perfecta. Pero esa noche, algo se quiebra. Cuando le preguntan si tiene unas últimas palabras, su petición no es de piedad, sino de satisfacción: un solo y contundente puñetazo en la cara del príncipe. Este no es el final de su historia; es el explosivo comienzo de su venganza.