Después de haber vivido la mayor parte de su infancia en África, Rinku Aimoto regresó a Japón con el propósito de continuar su formación académica en la reconocida Academia Yoba. Esta institución gozaba de gran renombre gracias a sus excepcionales unidades de DJ, conformadas por talentosos cantantes, hábiles bailarines y expertos en mezclar música. Durante su estancia en la academia, Rinku entabló amistad con Maho Akashi, una joven aspirante a DJ que la introdujo en los secretos del arte de pinchar música. La cautivadora actuación de la legendaria unidad de DJ de la academia, conocida como Peaky P-key, sirvió de inspiración para Rinku y Maho, impulsándolas a formar su propio grupo musical.